lunes, 15 de junio de 2009

Farinelli

“Castrados y sexualidad”

Puesto que la Iglesia sigue con la prohibición de que las mujeres suban a los escenarios, los papeles femeninos los hacen los “castrati”. A los niños que tenían las mejores voces se los castraba para evitar que la perdieran en la adolescencia. De esta manera, una voz blanca angelical se ve reforzada por un cuerpo adulto, con todo lo que significa de potencia y “fiato” (capacidad de respiración). Lejos de ser un problema, es una garantía de éxito, y los castrati salen de la pobreza y viven una vida de lujo, disputados por las diversas aristocracias. Han existido castrati hasta los inicios del siglo XIX.
Castrati (it: castrado) es la denominación que se utiliza para referirse al cantante sometido de niño a una castración para conservar su voz aguda (de soprano, mezzo-soprano o contralto). El término tradicional español (hoy en desuso referido a estos cantantes) era capón. Actualmente se emplea la palabra italiana.
La castración consistía en la destrucción del tejido testicular sin que, por lo general, se llegara a cortar el pene. Mediante esta intervención traumática, se conseguía que los niños que ya habían demostrado tener especiales dotes para el canto mantuvieran, de adultos, una tesitura aguda capaz de interpretar voces características de papeles femeninos.Y también para interpretar voz de animal.
Su origen se sitúa en torno al año 1550 en que se conservan los primeros documentos referentes a cantantes castrados en Roma y Ferrara. De hecho, la castración con fines musicales se practicaba casi exclusivamente en Italia, aunque pudo originarse en España y se realizaba raramente en los estados más meridionales de Alemania. En España se realizaba en un pueblo llamado Castalla.
Los castrati tuvieron una gran popularidad y llegaron a cobrar enormes cantidades de dinero por sus actuaciones. Según la leyenda, acrecentada en la actualidad por la película Farinelli y considerada sin ninguna base científica por la mayoría de las opiniones médicas actuales, gozaban de gran predicamento entre algunas damas de la época, ya que, si mantenían relaciones sexuales con ellos, no corrían el riesgo de quedarse embarazadas.
Los castrati aunaban en su voz la ternura de un niño y la potencia y fuerza de un adulto. Fueron voces muy codiciadas y aplaudidas. Unos de los más famosos castrati fue Carlo Broschi más conocido como Farinelli.
LOS CASTRATI

Numerosas familias humildes ofrecían a sus niños a la castración para preservar sus voces y garantizarse así los ingresos necesarios para su supervivencia.
Sus voces, desarrollaban en la madurez una manera única, al crecer el cuerpo (sobre todo la capacidad pulmonar y la fuerza muscular), el rango de la voz, poder y flexibilidad, era bastante diferente a la voz cantada de una mujer adulta, pero también notablemente diferente de los rangos vocales más altos de un varón adulto no castrado.
La castración antes de la pubertad impide el desarrollo y la madurez de la laringe del muchacho, así como los cambios fisiológicos normales de pubertad, sin embargo, ello no definía su orientación sexual. Al contrario, tenían mucha popularidad entre algunas damas de la época que mantenían relaciones con ellos sin correr riesgo alguno de quedarse embarazadas.
Las castraciones la realizaban los barberos, los bañaban en una tina de leche caliente con especias y se les sedaba para que sólo se le quitaran los testículos, en edades de entre los 7 y los 12 años, es decir, antes de la "muda" o cambio de voz.
No todos los niños lograban mantener esa voz después de la castración, eran pocos los que se desarrollaban como Castrato. La mayoría terminaban en la pobreza y mutilados de por vida, lo que los conducía a pasar por "apestados" durante su existencia y más allá, ya que al no estar "completos" la Iglesia les rechazaba de ser enterrados en tierra sagrada.
En realidad, fue a partir de que el Papa Pablo IV prohibiera que las mujeres cantaran en la Basílica de San Pedro, cuando empezaron los Castrati a hacer sus primeras apariciones en las iglesias.
Los Castrati se podían permitir muchos privilegios, llegaron a cobrar enormes cantidades de dinero por sus actuaciones.
Cada uno de ellos era muy apreciado, la dificultad de conseguir uno y la necesidad de una ornamentación vocal rebuscada, los hacía importantes.

Voz con la ternura de un niño y la potencia y fuerza de un adulto, muy codiciadas y aplaudidas.
Todos estos cantantes, adoptaban un seudónimo artístico, atribuido por sus admiradores o elegido por el propio intérprete.
El Castrati más famoso Carlo Broschi, eligió el seudónimo de "Farinelli", como muestra de agradecimiento a los hermanos Farina, mecenas que costearon sus estudios y manutención. No han quedado muy claros los motivos de su castración, puesto que pertenecía a una familia de la baja nobleza, aunque, se supone, con ciertas dificultades económicas.
En 1994, se hizo una película que cuenta la historia de este cantante, se titula "Farinelli, Il Castrato", donde se atribuye el nombre del chico a la decisión de su hermano Riccardo.
Farinellil logró una celebridad tan extraordinaria por su asombroso talento, que fue literalmente idolatrado por cuantos le escucharon. Era simpático y distinguido, tuvo amistad y protección de reyes, emperadores y hasta del Papa. Llamado a la corte de Felipe V de España, permaneció en ella durante más de veinte años como cantante personal del monarca, logrando tal amistad e influencia sobre éste, que, según se cuenta, contribuyó en varias ocasiones a decidir cuestiones de Estado. Gran parte de las sonatas que creara Domenico Scarlatti para la corte española fueron rescatadas por Farinelli.
Los Castrati desaparecieron a finales del siglo XVIII, numerosos intelectuales europeos se pronunciaron abiertamente contra la castración, Voltaire y Rousseau entre ellos. Pero fue el imperio napoleónico el que puso fina a tales prácticas.
Por su parte, la Iglesia modificó su actitud, permitiendo a partir de 1798 que las mujeres actuaran en los escenarios teatrales, además de que el Papa Benedicto XIV declaró ilegal la amputación de cualquier parte del cuerpo, salvo en el caso de absoluta necesidad médica.
Los Castrati siguieron cantando en el Vaticano y otras iglesias, hasta que un decreto del Papa León XIII en 1902, prohibiera definitivamente su presentación en ceremonias eclesiásticas. Sin embargo, se hicieron algunas excepciones, como en el caso de Alessandro Moreschi, "el último Castrato", quien se retiró en 1913 y fue el único que pudo dejar testimonio de su voz para la posteridad en grabaciones realizadas en 1902 y 1904.
Alessandro Moresschi nació en Montecompatrio, Roma, en 1858. Doce años más tarde, en 1870, los ejércitos italianos terminaron con la soberanía temporal de la Iglesia, y la castración de niños con fines artísticos se hizo oficialmente ilegal en Italia.
Por consiguiente cuando Moreschi estaba listo para comenzar su educación de vocal, era sumamente difícil encontrar a instructores en el empleo de una especie de voz que estaba ya casi extinguida.
Sin embargo Moreschi comenzó sus estudios en 1871 en Scuola di Salvatore de San Lauro. Posteriormente él se hizo discípulo de Gaetano Capocci, un organista y el compositor de música de iglesia. Tras su retiro murió solo y olvidado en una casa romana en el año 1922.
Parece que en 1694 cantaban unos 100 ‘castrati’ en las iglesias de Roma, y en 1780 pudieron llegar a 700. Y hay quien estima que en la primera mitad del siglo XVIII, en algunas épocas al menos, se castraban en toda Italia unos 4.000 niños al año, la mitad de ellos en Nápoles.
Ni la prohibición (de la actuación de mujeres en los actos litúrgicos y sobre los escenarios), ni la tradición (coros de hombres ‘falsetistas’) pueden explicarnos el fenómeno.
Si esas voces provocaban tal admiración entre el público de la música barroca fue porque correspondían al gusto de la época por los registros agudos, los únicos que permitían brillar en el canto ornamentado. No era la naturaleza lo que dejaba impresionadas a aquellas gentes, sino todo lo producido por la mano del hombre: desde unos espectaculares fuegos artificiales ¡hasta unos cantantes emasculados! Aunque una belleza singular tenían que tener aquellas voces para justificar su supremacía durante dos siglos. Y la ambigüedad sexual no era, precisamente, uno de sus menores atractivos...
Surge así una voz sensible, de trinidad sublime, diferente de la masculina por su ligereza, su flexibilidad y sus agudos, de la femenina por su brillo, su limpidez y su potencia, y superior a la del niño, con la que conseguirán una expresividad angelical a costa de una personalidad desgarrada.


Bibliografía consultada:
• “La música y su evolución”-(Historia de la Música con propuestas didácticas y 49 audiciones).Colección El lápiz-GRAÓ EDITORIAL-/PEP ALSINA/FEDERIC SESÉ/.
Sitios web consultados:
http://servicios.elcorreodigital.com/especiales/musika-musica/castratti.htm
http://www.orfeonpamplones.com/5a_actualidad_desarrollo.php?Vb80bb774=16
destylou-historia.blogspot.com/2009/02/los-castrati.html

INVITACIÓN

Los invito a deleitar sus oídos con una de las escenas musicales de la película "Farinelli II el castrato". Farinelli tenía una voz de soprano penetrante, completa, rica, luminosa y bien modulada.Su entonación era pura, su vibración maravillosa, su control de la respiración extraordinario y su garganta muy ágil, por lo que cantó los intervalos más amplios rápidamente y con la mayor de las facilidades y seguridad. Los pasajes de la obra y todo tipo de melismas no representaron dificultades para él.
Además en este video, podrán apreciar imágenes que nos sitúan en el período barroco,como así también momentos puntuales de la película.


¡Los invito a ver la película, es excelente! Espero sus comentarios...
Saludos cordiales!!!